Debieron pasar 12 años, 10 meses y 24 días para que Honda volviera a festejar en lo más alto del podio con uno de sus motores. Tras aquel 6 de agosto de 2006, con el éxito de Jenson Button en Hungría, con un auto fabricado íntegramente por el equipo japonés, iba a comenzar más de una década de sequía, frustraciones y reinvenciones.
La historia de Honda y la victoria en Fórmula 1 comenzó en el Gran Premio de México de 1965, el 24 de octubre, cuando Richie Ginther consiguió su único triunfo con un coche y motor Honda. John Surtees repetiría dos años más tarde, el 10 de septiembre de 1967 en Monza, por el Gran Premio de Italia.
Desde 1968 a 1983, Honda se alejó del Mundial, pero el 16 de julio de 1983, en el Gran Premio de Gran Bretaña, motorizó el Spirit de Stefan Johansson (el chasis era Honda pero no oficial) y allí se inició la etapa más exitosa de la marca de Tokio. A fines de esa temporada, Williams colocó motores Honda en los coches de Keke Rosberg y Jacques Laffite y, en Estados Unidos del año siguiente, el finlandés gana en Dallas.
A partir de allí, Honda logra 70 victorias con Williams, Lotus y McLaren, siendo campeón en 1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991 como constructor. En el 2006, la marca regresó como Honda Racing F1 Team y Button había conseguido la última victoria hasta este domingo, donde Max Verstappen, con el Red Bull, volvió a poner, en Austria, en lo más alto a una firma histórica del Mundial.
