El clima no permitió que el NASCAR pudiera cumplir con la actividad de este fin de semana en Bristol Motor Speedway y todo se definirá este lunes.
El regreso de NASCAR a la tierra está más embarrado de lo esperado y por este motivo la actividad se traslada al lunes. Las lluvias torrenciales inundaron los campamentos y estacionamientos que rodean el Bristol Motor Speedway, además de lo que los pilotos de la Serie de la Copa se encontrarían en la pista.
NASCAR canceló toda la actividad del domingo porque incluso si la pista de tierra de Bristol podría eventualmente prepararse para las carreras nocturnas, todo el resto de las instalaciones eran un verdadero pantano. Los asientos de la tribuna que habían estado cubiertos de polvo estaban cubiertos de barro, mientras que la calle de boxes junto a otros sectores, contenían varios centímetros de agua estancada.
Por todo esto, NASCAR tomó la decisión de que la primera carrera de la Copa en tierra desde 1970 sería reprogramada para las 4 pm del lunes.
«Necesitamos que este espectáculo sea grandioso», dijo el sábado Scott Miller, vicepresidente de competencia de NASCAR.
Los problemas comenzaron a surgir el viernes cuando Cup y Trucks realizaron sus sesiones de práctica. El polvo que se levantaba de la tierra era espeso, pero la principal preocupación era la durabilidad de los neumáticos proporcionados por Goodyear.
NASCAR hizo ajustes a los procedimientos en carrera para asignar tiempo adicional para la preparación de la pista y otorgó a los equipos un juego adicional de neumáticos para la carrera. Cuando la lluvia paró el sábado, las camionetas fueron enviadas a comenzar con la actividad, pero solo bastó una vuelta para que la pista, empapada por la lluvia, salpicara los parabrisas con una gruesa capa de barro y taponara las rejillas delanteras, lo que restaba claramente la visión y complicaría las condiciones de los motores sobrecalentados.
