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sábado 20 abril 2024

Un grande de verdad

Un increíble piloto de Turismo Carretera; un correctísimo señor en cada conversación; un incuestionable dirigente de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC); un siempre predispuesto colaborador en su grupo de trabajo; y, sobre todo, un generoso colaborador donde se necesitara ayuda.

Cada una de estas frases invocan a un solo referente: Roberto José Mouras, un grande entre los más grandes, quien fallecía un 22 de noviembre de hace 27 años durante la Vuelta de Lobos.

Trayectoria triunfal

Mouras debutó en el automovilismo en 1966, compitiendo en circuitos zonales a bordo de un Chevrolet 400. En 1967 compitió en carreras de la categoría zonal costera de la Provincia de Buenos Aires, que sería conocida más tarde como la «Mar y Sierras», también con una unidad Chevrolet 400.

Su debut a nivel nacional llegó en 1968, cuando decidió ingresar al Turismo Anexo «J» (hoy Turismo Nacional), aunque en esta oportunidad lo haría a bordo de un cupé IKA Torino. Su carrera deportiva siguió dentro de esta categoría hasta 1970, cuando debutó oficialmente en el Turismo Carretera a bordo de otro cupé Torino.

En 1975 cambió por primera vez de marca al pasarse a Chevrolet, conduciendo una Chevy con la que en 1976 obtuvo el inquebrantable récord de seis victorias consecutivas que hasta la fecha no ha podido ser superado.

El vehículo con el cual estableció esa marca pintaba ese año en sus laterales el número «7» y era patrocinado por la marca de whiskies Old Smuggler, motivo por el que el coche lucía pintado completamente de dorado. Esa conjunción del color del patrocinante con su número identificatorio, fueron motivos para bautizar a esa unidad con el nombre de «El 7 de Oro», iniciando una leyenda dentro del Turismo Carretera.

En 1980 cambió por segunda vez de marca, al pasar de Chevrolet a Dodge, marca con la cual obtuvo sus tres títulos de campeón en 1983, 1984 y 1985, más un pequeño torneo realizado en el segundo semestre de 1981 para regularizar los calendarios y para homenajear a Antonio Lizeviche y Víctor Galíndez, fallecidos durante la Vuelta de 25 de Mayo, realizada en el primer semestre de 1981.

En 1986 retornó a la marca Chevrolet prometiendo buscar el campeonato con la que, según sus propias palabras, era «la marca de sus amores».

Trágica muerte

Falleció el 22 de noviembre de 1992, durante el desarrollo de la denominada Vuelta de Lobos, penúltima fecha del campeonato de ese año. En el décimo giro de la competencia, el Chevrolet número 9 que piloteaba Mouras sufriría el estallido del neumático delantero izquierdo, haciéndole perder el control del coche y chocando de lleno el lateral izquierdo del auto contra un talud de tierra.

Miembros de su equipo no descartaron la rotura de un tensor y hasta fallas en los frenos. La violencia del impacto fue tal, que el vehículo literalmente abrazó el talud, quedando el lateral hundido hasta donde se ubicaba la butaca de Mouras, provocándole la muerte de manera casi instantánea.

En el accidente, también resultó herido su copiloto Amadeo González, quien terminaría falleciendo dos días después. González se desempeñaba también como ayudante de mecánica en el taller del motorista Jorge Pedersoli, responsable de la preparación del Chevy de Mouras.

La competencia fue suspendida inmediatamente con bandera roja, dando como resultado final la clasificación de la vuelta anterior al accidente, siendo Mouras declarado como ganador de dicha carrera. La confirmación del deceso del Toro dejó atónita a la multitud que se reunió en la puerta del hospital. Al silencio del primer momento, siguió un estruendoso aplauso a modo de homenaje.

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