La situación económica que azota la marca austríaca ha llevado a neutralizar los trabajos de sus prototipos de MotoGP, y a preparar un plan para «salvar» la división de carreras.
En medio del temporal que ha obligado al fabricante a declarase en quiebra tras acreditar una deuda de alrededor de 3.000 millones de euros, los responsables del departamento de MotoGP decidieron poner el freno a la evolución de sus prototipos, al menos durante este invierno y hasta los ensayos de pretemporada que se llevarán a cabo a principios de febrero, en Sepang (Malasia). Esta medida es una más de las que forman el plan de choque que busca mantener a salvo el proyecto deportivo de las motos naranjas.
Motorsport.com pudo saber que los dirigentes del área de MotoGP realizaron una reunión en el taller oficial de las motos naranjas en el transcurso de la última carrera de la temporada, en Montmeló, en la que ya informaron a todos los allí presente de la delicadísima situación económica de la compañía.
De todas formas, en ese mismo encuentro se tranquilizó al personal y se dio por sentada la continuidad del proyecto en el Mundial. Además de hacer especial hincapié en la política de contención del gasto que ya se aplica desde hace tiempo, también se trató la desaceleración del desarrollo de las motos que el año que viene conducirán Pedro Acosta y Brad Binder, en el garaje oficial, y Maverick Viñales y Enea Bastianini, en el Tech3.
De hecho, en el test posterior a aquel gran premio, el martes 19 de noviembre y también en Montmeló, los nuevos componentes que se estrenaron en la RC16 se limitaron a un nuevo carenado y un par de cúpulas. Ni Dani Pedrosa, que hace unas semanas renovó como probador, ni tampoco Pol Espargaró, participaron en aquella jornada de entrenamientos.
Por más que los mensajes extraoficiales que manda KTM dan por seguro que el constructor formará en la parrilla de 2025 con sus cuatro motos, las de la escudería oficial y las de Tech3, Motorsport.com entiende que en los despachos de Dorna, el promotor del certamen, planean las dudas acerca de ello. Una incertidumbre más que razonable si se tiene en cuenta el agujero en el que anda metido el grupo que encabeza Stefan Pierer.
Inicialmente esto parecía que ponía a salvo la división de carreras, pero la magnitud del agujero económico que quedó al descubierto es mucho mayor de la inicialmente calculada. Además de la mencionada congelación en la evolución de las máquinas de MotoGP, se espera que KTM presente en los próximos días un plan estratégico que persigue aislar el área deportiva. Dentro de la propia empresa se considera clave que el brazo competitivo siga en activo, porque, de lo contrario, el golpe a nivel de imagen sería incluso mucho mayor que el actual, puesto que, muy probablemente, perjudicaría todavía más a las ventas.