Se conmemora el Día del Acompañante en el automovilismo

La fecha recuerda a Daniel Urrutia, quien fue acompañante de Juan Manuel Fangio en TC, y falleció tras un accidente en la etapa Lima – Arequipa de la Buenos Aires – Caracas de 1948.

El 29 de octubre se celebra el Día del Acompañante en el automovilismo argentino, una fecha que honra la memoria de Daniel Urrutia, copiloto de Juan Manuel Fangio, quien perdió la vida en un accidente durante la legendaria carrera Buenos Aires-Caracas en 1948. Esta jornada es un recordatorio de la importancia y sacrificio de quienes han ocupado la butaca derecha en las competencias de Turismo Carretera, la categoría más antigua del mundo y la más popular de Latinoamérica.

La función de los copilotos en el TC ha sido siempre crucial, especialmente en sus inicios, cuando las competencias se realizaban en rutas. En esas circunstancias, los acompañantes eran generalmente mecánicos, preparados para realizar reparaciones de emergencia, recargar combustible o aceite y gestionar otras tareas vitales en plena carrera. Además, desempeñaban el papel de cronometristas, recibiendo información esencial sobre el desempeño en competencia.

Amadeo González, acompañante de Roberto Mouras, fue una de las víctimas fatales en la historia de los acompañantes.

Sin embargo, con la decisión de la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC) en 1997 de trasladar las carreras a los autódromos y abandonar las rutas, la relevancia de los copilotos comenzó a disminuir. Para el año 2007, sus tareas se habían reducido considerablemente, limitándose, en la mayoría de los casos, a tomar tiempos parciales o revisar el instrumental del auto. En el TC moderno, muchos copilotos comenzaron a ser figuras públicas, empresarios que aportaban apoyo económico, personas allegadas a los pilotos, y jóvenes pilotos que querían aprender desde la butaca derecha.

Finalmente, en 2007, la ACTC decidió eliminar la participación de los copilotos en todas sus categorías, marcando el fin de una era y priorizando la seguridad por sobre la tradición. Con ello, la categoría se adaptaba a los estándares de seguridad moderna, que buscan minimizar riesgos para los conductores y evitar las tragedias.