Hace unos días, tanto el italiano como Yamaha hicieron público su deseo de prolongar el vínculo que les une al menos hasta finales de 2021, circunstancia que lógicamente somete a Razali a cierta presión como dirigente del equipo que debe acoger a Il Dottore.
Rossi quiere seguir, Yamaha tiene moto para él y Dorna, como promotor del certamen, no podría estar más encantada con esa posibilidad. Sin embargo, ahora falta que todo cuadre, sobre todo desde el punto de vista económico.
Lin Jarvis, director de Yamaha en el Mundial de MotoGP, convino a principios de la semana pasada que los fondos para llevar a cabo la operación deberían salir de la escudería Petronas –“Yamaha puede autorizar o no el piloto, pero el equipo es el suyo, es su dinero”, dijo el británico-, aunque se da por sentado que la compañía de Iwata sufragaría la moto.
Razali certificó que las primeras conversaciones con Yamaha acerca del más que posible acuerdo ya se han producido, y que el constructor japonés ya ha hecho llegar su propuesta. No obstante, también quiso remarcar que todavía hay trabajo por delante antes de poder anunciar una operación compleja.
“Nos reunimos con Yamaha y ya conocemos su propuesta, pero ahora tenemos que sentarnos todas las partes y comenzar a tratar los detalles. Eso no se ha hecho todavía. Hasta el momento hemos estado analizado las cuestiones técnicas”, comentó Razali.
Probablemente, y dada la preponderancia, el papel y el caché de Rossi, el elemento económico es el más difícil de resolver. “No hay que olvidar que habría que encajar a Valentino con nuestros patrocinadores. Tenemos que equilibrar el desembolso que supone contratarle por un solo año, y ver qué podemos obtener a cambio, bien sea rendimiento en pista o resultados”, añade el ejecutivo, consciente del principal punto de fuerza de esta maniobra: “Está claro que nos beneficiaría en términos de exposición, y que disponer de Valentino supone un gran valor. Por el momento todo pinta bien, pero tenemos que empezar a analizar los detalles”.
Esa “parte técnica” que hasta el momento ha centrado las conversaciones entre Yamaha y Petronas engloba tanto lo referente al material del que dispondría el #46, como de quiénes le acompañarían.
Razali afirma haber dado libertad a Fabio Quartararo para que se lleve con él a quienes considere indispensables, como por ejemplo su ingeniero de pista, Diego Gubellini. Eso hace que Rossi pueda seguir rodeándose de algunos de sus técnicos de siempre.
“Normalmente, cuando un piloto llega a una fábrica se lleva con él a las piezas del equipo con las que se encuentra más cómodo. Nosotros estamos a favor de eso, porque tampoco queremos negarle a su jefe de mecánicos y a los técnicos que él elija la posibilidad de fichar por una fábrica, y de estar en condiciones de pelear por el título”, concede el team principal.
“Nosotros dejamos claro a Yamaha que en Petronas tenemos nuestro equipos técnico y que preferimos no desmantelar la estructura. Seguramente solo dos o tres de los técnicos de Rossi se incorporarían, pero aún hay que hablar con él”, cierra Razali.
