Fernando Alonso tuvo una actuación mágica en las 24 Horas de Daytona, en las que protagonizó tres relevos magistrales en la carrera de resistencia más importante de Estados Unidos.
El piloto asturiano consiguió la victoria junto a Kamui Kobayashi, Jordan Taylor y Renger van der Zande, todos al mando del Cadillac DPi del equipo Wayne Taylor Racing.
La alegría para Cadillac es doble cuando se recuerda que partía con una ligera desventaja respecto a Mazda y Acura, superiores en los entrenamientos gracias al Balance of Performance. En condiciones de carrera, en tandas largas, las diferencias entre los tres prototipos se han reducido y los pilotos han podido marcar la diferencia.
La experiencia y talento de Alonso resultaron determinantes cada vez que estaba al volante. El sábado, el español elevó el Cadillac 10 a la categoría de aspirante con una remontada desde la octava hasta la primera posición. El domingo, capeó el temporal para afirmarse en la cima cuando las condiciones meteorológicas eran más adversas.
Las 24 Horas de Daytona empezaron el sábado de forma puntual al filo de las 20:30 CET, y lo hicieron con Oliver Jarvis detrás del volante del Mazda 77, que salía desde la Pole Position después de la sesión de clasificación. El primero en subirse al Cadillac 10 fue el estadounidense Jordan Taylor.
Alonso se subió al Cadillac DPi-V.R Nº10 en tres ocasiones, pero el momento clave fue cuando minutos antes de que apareciese la bandera roja por la lluvia superó a Felipe Nasr para tomar la punta. «Ganar este tipo de carreras de resistencia en lugares icónicos como Daytona significa mucho. Con cero experiencia y antecedentes antes del año pasado, es algo muy importante para mí. He estado en el lugar correcto en los momentos correctos, así que estoy feliz por eso», agregó.
El asturiano se convirtió en el primer campeón del mundo de Fórmula 1 en ganar las 24 Horas de Daytona, competencia en la cual participó por segunda vez.
