El retorno de Guillermo Ortelli al equipo Dole Racing, siete años después de su último trabajo conjunto, entregó un balance mucho más bajo del que se esperaba y aún del que se mereció por rendimiento deportivo.
La cuadrilla de Ramos Mejía debió resolver en escaso tiempo lo que necesitaba un piloto de primera línea y no todo se pudo presentar de la manera en que las partes deseaban: Ortelli no estuvo luchando puestos de vanguardia y en la Final se vio más perjudicado por un roce (de Martín Ponte, excluido por esto) que lo llevó al trompo y abandono en la «ese del ciervo».
Rápidamente, se encontró una salida para salvar una de las «patas» más complejas para que el Chevrolet avance a los primeros planos: Se adquirió un motor (que fuera propiedad de Esteban Gini) para ser puesto a punto por Ezequiel Giustozzi.
Con la velocidad que obliga a actuar el acotado y comprimido calendario 2020 de Turismo Carretera, se dio un paso en busca del rendimiento. En la cita de Buenos Aires el multicampeón dejó de ser uno de los doce mejores del torneo y cayó al 16° lugar del campeonato mezclado, codo a codo y punto a punto, con varios pilotos que buscan ingresar a la Copa de Oro.
Uno de los primeros objetivos, además del ingreso al play off, será cortar la racha de cuatro años sin triunfos de Ortelli en TC. De todas maneras, no se ha confirmado aún el momento en que el #107 colocará este impulsor trabajado por Giustozzi. Pero como la competencia de San Nicolás está encima, se descarta que sea este fin de semana.
